Ya le comentaba que la percepción de corrupción en México es
alta. Desde el inicio del sexenio de Enrique Peña Nieto, se observa un alza en la calificación negativa de la corrupción. Poco ayuda el tema de la Casa Blanca, el préstamo de Higa a Luis Videgaray, el manejo de la secretaria de la Función Pública que carece de toda credibilidad. La calificación negativa de la corrupción llegó a 62 por ciento a finales del 2015. El índice de Corrupción 2015 publicado por Transparencia Internacional
ubica a México en el lugar 35 de 100, donde cero es muy corrupto y 100 menos,
lo que significa que estamos entre los países más corruptos del mundo.
Poco
ayuda la falta de transparencia y la opacidad en el manejo de contratos,
presupuestos y dineros públicos. Abundan los casos de enriquecimiento
inexplicable de cientos de políticos que aprovechando sus cargos hacen negocios
millonarios y no pasa nada. El proyecto de
una ley anticorrupción está congelado en el Congreso y ahí seguirá. Poco ha
ayudado a cambiar la percepción el nombramiento de Virgilio Andrade como
Secretario de la Función Pública. Hace dos semanas México participó en la Cumbre
Anticorrupción en Londres y asumió compromisos para combatir la corrupción, el
lavado de dinero y la evasión fiscal, temas que se ven bien en el papel o en la foto pero no se practican.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el INEGI, dio
a conocer la Tercera Encuesta Nacional
de Calidad e Impacto Gubernamental que mide que tan satisfechos estamos los
mexicanos con los servicios públicos que recibimos, cómo los calificamos y que
percepción tenemos de la corrupción.
Lo que más preocupa es la inseguridad y la delincuencia ubicando
a la corrupción como el problema número dos en México.En este levantamiento del INEGI, el Estado de México es dónde
la gente reporta más actos de corrupción, seguido por Sinaloa, Chihuahua, y
Sonora. Las entidades con menor corrupción son Colima, Nayarit y Tamaulipas.
La policía y todo lo que tiene que ver con ella tiene la
percepción más alta de corrupción. El 55 por ciento de los entrevistados dijo haber
padecido algún soborno de parte de un policía, seguido por un
trámite ante el Ministerio Público, y en tercer sitio los trámites para abrir
una empresa. Una queja recurrente es la
que tiene que ver con el exceso de burocracia en las solicitudes de servicios públicos. El 87 por ciento de los encuestados se queja de
haber tenido que enfrentar barreras a algún trámite, como largas filas, el pase
de ventanilla a ventanilla, el exceso de requisitos y de pagos.
En la mayoría de los trámites que involucran servicios
públicos, no ha llegado la simplificación administrativa, la ventanilla única,
el bajar los tiempos que tiene uno que invertir para realizar un trámite.
Los costos políticos de la corrupción sin duda se pagarán en las urnas el próximo 5 de junio.
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