Una cadena de malas decisiones tiene a la línea aérea más antigua y de mayor tradición en México en tierra desde hace un año.
Mexicana de aviación debe hasta la corbata, al gobierno federal adeuda 3,506 millones de pesos, 26 mil acreedores esperan la llegada de algún grupo de inversionistas para que les pague.
Y de los trabajadores ni hablar, de unos mil pilotos sólo 79 han conseguido empleo en otras líneas, las sobrecargos han tenido que volverse modelos de calendarios, pero de trabajo nada. Los trabajadores de tierra en el subempleo o en la informalidad.
El pasado 28 de agosto del 2010 Mexicana de Aviación anunció que dejaba de volar de manera indefinida. Una veintena de grupos de inversionistas se acercaron para rescatar a la línea aérea, pero poco a poco se han retirado. Hoy quedan cuatro y de los cuatro ninguno ha demostrado capacidad para depositar 250 millones de dólares.
Grupos como Tenedora K que tienen el 95 por ciento de las acciones de Mexicana, TG Group, PC Capital, Altus Prot, Avanza Capital.
Según el sindicato de pilotos y el de sobrecargos se ha perdido tiempo valioso centrándose en grupos que no tenían capacidad para el rescate de la línea.
El tema Mexicana lo define Lizzette Clavel la ex secretaria del sindicato de sobrecargos como una secuencia de malas decisiones, el gobierno no requisó, y tampoco está rescatando y los empresarios no tienen garantías para arriesgarse.
Dice que en la quiebra de Mexicana todos han perdido, consumidores con aumentos de tarifas hasta en 50 por ciento en las líneas que siguen operando, mal servicio, los trabajadores, el gobierno al no recibir ingreso por impuestos, las empresas que dependían del vuelo de los aviones de Mexicana.
Se espera como se ha hecho desde hace un año, que hoy dos de los grupos interesados Altus Prot y Avanza Capital, entreguen los recursos, pero después de que PC Capital estuvo cuatro meses haciendo como que compraba la línea y cuando llegó la hora de depositar los recursos, rebotaron sus cheques, tiempo precioso desperdiciado.
¡Los empresarios ricos, empresas pobres!
ResponderEliminarAlfonso García