Con el cambio de año brincan muchos buenos deseos, proyectos, metas, desde bajar de peso, ser tolerante, tener el amor, ganar más dinero. Con el transcurso de los días, nuestras promesas se van diluyendo y muchas no pasan del papel a los hechos.

Hablando de dinero, una manera de ganar más es haciendo un gasto inteligente y eficiente pero ante la inflación acumulada de 3,82 el por ciento el año pasado es difícil hacerlo, como las promesas de fin de año.

Inalcanzable
El reporte del INEGI cita que la inflación en diciembre fue de 0,82 por ciento, la mayor en once años para el mismo mes. La explicación es por el alza del precio de los productos del campo, afectado primero por las lluvias y luego por una sequía, la peor en 70 años, que le ha pegado fuerte a la zona norte y central de nuestro país.

Para darle una idea de los aumentos en diciembre, la calabacita aumentó 41 por ciento, el jitomate 19 por ciento, el frijol 8.3 por ciento. También la carne de res y el pollo han subido por el 3 por ciento.

Pásele marchantita
Lo que no deja de aumentar son los precios de la gasolina y la luz eléctrica, la tortilla, y esto en automático hace que los precios de los restaurantes, las loncherías, las torterías suban, por lo que tratar de ahorrar en estos tiempos es casi un acto heroico.

Algo que es difícil de entender es ahora que los precios de la mezcla mexicana de crudo se ha mantenido por encima de los 100 dólares el barril, la gasolina no se ajuste a la baja.

La cifra oficial de una inflación de 3,82 por ciento no coincide con la medición que realizan las amas de casa, los jefes de familia que tienen que echar mano de más dinero para pagar por lo mismo o por producto con menos contenido, más chiquitos.

Con menos dinero hay que hacer lo mismo. Los 80 productos que integran la canasta básica registraron un aumento de casi 6 por ciento, por encima del 3,86 del Índice de Precios al Consumidor.

Sí agregamos la devaluación de nuestro peso que anda hoy por los 13.70 pesos por cada billete de a dólar, esto hace que la inflación se vaya por encima de los datos oficiales.

Sin embargo a pesar de todos estos números, un sondeo de María de las Heras, revela que el 49 por ciento de los encuestados ve una mejoría de su situación financiera para el 2012en relación con el pasado. En contraste el 26 por ciento de los entgrevistados, asegura que este año será peor que el 2011.


Lo que es un hecho es que al menos en las cifras macroeconomicas, 2011 no fue un año malo, la inflación aunque repuntó en los meses finales del 2011, se mantuvo dentro del mas menos 3 por ciento del Banco de México. El tipo de cambio estuvo estable hasta noviembre cuando la presión de Europa tomó su cuota. La producción industrial y el comercio avanzaron y la confianza del consumidor está en punto neutro.

Veremos este año político como se dan las cosas, pero los prónosticos dibujan 12 meses con un menor crecimiento, un peso presionado y un repunte de los precios.


1 comentarios :

  1. Yo me quedo con bajar de peso, no de pesos!
    Saludos Don Arturo.

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