Es común ya ver la construcción de mega edificios en Paseo de la Reforma, justo frente a las rejas de Chapultepec. Ya son tres grandes estructuras que van dibujando la línea entre el cielo y la ciudad de México. El llamado Paseo de la Emperatriz Carlota, una avenida trazada del Castillo de Chapultepec a Palacio Nacional para poder llevar los Emperadores en sus carruajes reales sin contratiempos entre la residencia y su despacho. Se puede apreciar en los dibujos de aquella época que Reforma era una avenida con frondosos árboles a ambos lados, la cruzaba el acueducto que llevaba agua de Chapultepec a Salto del Agua y terminaba en el sitio donde se encontraba la Estatua de Carlos IV el penúltimo Rey que gobernó España y de la autoría de Manuel Tolsá.
El inicio de Paseo de la Reforma está ya saturado, primero fue
la Torre Mayor, luego la Torre BBVA, después la Torre Reforma, la Torre de Luz
y hoy una nueva torre "Chapultepec 1" se levanta a un costado de la Comisión Federal de
Electricidad justo donde estuvo antes un restaurante de comida rápida junto al
cine Chapultepec en Ródano y Río Atóyac.
Este ejemplo se puede traslapar al resto de la Ciudad de
México. Un ciudadano común y corriente no puede ni podar un árbol en la
banqueta de su casa sin que lo detenga la policía por “Daño al Impacto
Ambiental”, así dicen y le pidan la mitigación por las ramas que está cortando.
No trate tampoco de pintar su fachada o lavar sus ventanas con una escalera
sobre la banqueta porque le caerán todos los patrulleros de la zona por poner
en riesgo al peatón al impedir que circule por la acera. Basta ver en camellones como Rio Mixcoac la destrucción de
árboles que causó un deprimido, no se sabe hasta hoy en que consistió la
reparación del daño, ¿Dónde se sembraron las plantas que tenía que ser
sustituidas? En el mismo caso la obra en Chapultepec 1 de pronto llegaron
trabajadores, bloquearon calles y construyeron tapancos y demás estructuras
para apoyar la construcción de la mega torre. Pero igual llegan trabajadores
que ranuran avenidas con pavimento en buenas condiciones para meter ductos y
nadie les dice nada.
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Algo sucedió ayer en los altos mandos de la Ciudad de México,
luego de que Miguel Ángel Mancera visitara en la mañana del martes 6 la obra de Chapultepec 1, ahí presumió de las maravillas de una obra de esta
magnitud con la creación de mil empleos directos más los indirectos y una inversión
de 6 mil millones de pesos en esta torre que tendrá 214 metros de altura con 58
pisos y tendrá ocupación mixta, oficinas, hotel, departamentos, comercios y
será la torre más alta de la CDMX. La
obra de la empresa mundial de bienes raíces: Coldwell Banker Commercial, CBC con
presencia en 437 países, es desarrollada por T69 firma de Arquitectoma y Grupo
Marca Arquitectos, diseñado por el Taller G y KMD Architects, con la
construcción a cargo de la empresa Lend Lease.
Por la tarde Protección Civil y
la Secretaría de Gobierno de Patricia Mercado colocaron sellos de suspensión de
obra. La señora Mercado dijo que había sido una “buena coincidencia”, coincidencia o no, los constructores no presentaron el permiso de la
Delegación para invadir la vía pública, tres elevadores de personal invaden las
calles de Río Ródano y Río Atoyac; además de que se instaló una especie de
tapanco sobre el arroyo vehicular en Río Ródano para carga y descarga de
materiales, además de que las calles adyacentes se usan para descarga de
materiales, hay tanques de Diesel, cables expuestos, equipos de soldadura en
posición de riesgo, en fin una larga lista de riesgos para los vecinos, los
transeúntes, y los propios trabajadores de la obra. Dicen las autoridades
capitalinas que el constructor se comprometió a cumplir con las medidas de
mitigación de riesgo, mientras tanto los sellos siguen.
Este ejemplo se puede traslapar al resto de la Ciudad de
México. Un ciudadano común y corriente no puede ni podar un árbol en la
banqueta de su casa sin que lo detenga la policía por “Daño al Impacto
Ambiental”, así dicen y le pidan la mitigación por las ramas que está cortando.
No trate tampoco de pintar su fachada o lavar sus ventanas con una escalera
sobre la banqueta porque le caerán todos los patrulleros de la zona por poner
en riesgo al peatón al impedir que circule por la acera. Basta ver en camellones como Rio Mixcoac la destrucción de
árboles que causó un deprimido, no se sabe hasta hoy en que consistió la
reparación del daño, ¿Dónde se sembraron las plantas que tenía que ser
sustituidas? En el mismo caso la obra en Chapultepec 1 de pronto llegaron
trabajadores, bloquearon calles y construyeron tapancos y demás estructuras
para apoyar la construcción de la mega torre. Pero igual llegan trabajadores
que ranuran avenidas con pavimento en buenas condiciones para meter ductos y
nadie les dice nada.
En Resumidas Cuentas
comentaba que con estas enormes construcciones no se tomaba en cuenta el
impacto ambiental ya que no hay red de agua que pueda llenar las enormes
cisternas de esta estructuras, ni las suficientes vías para no saturar las
avenidas de la zona, pero eso no era todo, los constructores invadieron espacio
público. Aquí en esta ciudad las evidencias es que cualquiera con
los suficientes recursos se sale con la suya, pero algo sucedió en Chapultepec
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