Tras 15 meses en tierra, se revela que intereses obscuros impiden que Mexicana de Aviación vuelva a despegar. Se habla de un cártel de aerolíneas que presiona para quedarse con el pastel que dejo Mexicana.


Líneas como Aeroméxico, Volaris, Interjet, entre otras, les conviene que Mexicana no vuele. Se buscan repartir rutas, slots, mientras los consumidores padecemos aumentos de precios, mal servicio y el gobierno presiona para que el problema no se resuelva.







En agosto del año pasado la línea aérea más antigua de México, con 90 años de servicio, y propiedad del empresario Gastón Azcárraga y socios, se quedaba en tierra.

Mexicana debía hasta la corbata de los pilotos, 3 mil 506 millones de pesos a 26 mil acreedores. Desde el Banobras hasta pequeños proveedores. La línea aérea debe al gobierno federal derechos de uso de aeropuertos, turbosina, servicios a la navegación.

No se explica cómo el Gobierno Federal permitió a Mexicana seguir acumulando deudas por estos servicios.

Los trabajadores de tierra, sobrecargos, y pilotos fueron dejados prácticamente en “el aire” por usar un término algo común pero cierto, se quedaron a su suerte.

Una veintena de grupos de inversionistas se dijeron interesados en rescatar a la aerolínea, pero poco a poco se fueron retirando. Un grupo incluso llego a depositar un cheque sin fondos.

Hoy sólo es uno fuerte, el encabezado por Iván Baraona, y un banquero canadiense de nombre Michael Shamis, ambos aseguran tener los 400 millones de dólares necesarios para recapitalizar a Mexicana y ponerla a volar.

El Juez Felipe Consuelo, encargado del recurso mercantil de Méxicana, denunció que los interesados en rescatar Mexicana han recibido amenazas y agresiones por parte del gobierno para que no concreten la operación.








Acusación muy seria que muestra la poca transparencia con la que el problema de Mexicana ha sido conducido por la autoridad de Comunicaciones y Tansportes y la Secretaría del Trabajo.

Desde hace un año venimos escuchando declaraciones del secretario del Trabajo, Javier Lozano y de Juan Molinar Horcasitas, entonces secretario de Comunicaciones y Transportes, de que pronto se resolvería el problema.




El Gobierno fue claro, no se rescataría con dinero público a la aerolínea. Pero hoy se revela que lo menos que ha pasado es una falta de transparencia en el tratamiento del cierre de Mexicana de Aviación.


La protesta de los pilotos, el pasado miércoles 9 de noviembre, en Xola y Eje Central fue el detonador que dejó al descubierto las maniobras que impiden que Mexicana vuelva a volar.

Un grupo de granaderos llegó al lugar de la protesta, frente a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, y cuál Carabineros de Chile que no se andan por las ramas, cargaron contra los pilotos y en vilo se los llevaron.

Marcelo Ebrard, el jefe de gobierno del DF dijo que la autoridad no podía permanecer pasiva luego de una hora de cierre de dos ejes viales de ese tamaño y justificó el uso de la fuerza pública.


El Jefe de Gobierno olvidó muchos plantones y bloqueos como el de los “antorchistas” que cerraron Bucareli durante meses y no actuó con la misma diligencia. Tal vez Bucareli no es una Supervía como Xola o el Eje Central.




El desalojo de los trabajadores de Mexicana ha destapado lo obscuro con lo que se ha tratado el problema. La denuncia del Juez Felipe Consuelo, encontró eco en los líderes de los pilotos, sobrecargos, y personal de tierra. Deunciaron que al gobierno no le interesa que Mexicana reinicie vuelos. Como una "graciosa" concesión, los trabajadores fueron recibidos por el Secretario de Comunicaciones y Transportes, pero el tema no se resuelve trás 15 meses.

El plazo para lograr un convenio de reestructura vence el martes 15 de noviembre, después de esa fecha quien sabe lo que suceda.



El desalojo violento de los trabajadores de la línea aérea, volvió a atraer los reflectores. No sólo los pilotos sufireron los golpes y los sarandeos de los eficientes granaderos y sus jefes, muchos políticos salieron con moretones.

2 comentarios :

  1. Estimado Arturo, para mi, como tu mencionas, no existe la voluntad polìtica para resolver este gravísimo problema que podría no sólo acabar con la líena aerea más antigua de México, sino, aún más grave, con miles de puestos de trabajo entre pilotos, sobrecargo y personal de tierra. La represión ordenada por el gobierno es la prueba de esta falta de voluntad política a que hacía referencia. Como concluirá todo esto? No lo se, pero espero que los empleados de la Mexicana no se dejen intimidar y sigan con su lucha. Jorge Gutiérrez

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  2. Un cochinero primo. Te estoy escuchando en el noticiero De 1 a 3. Vaya incertidumbre extra con la muerte del Secretario de Gobernación.

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