Muchas cosas de dicen del ya famoso BarBar en Insurgentes Sur, pero de que se reservan el derecho de admisión y cuidan de la etiqueta y las buenas costumbres no hay quien lo dude. Sitio preferido por “artistas”, futbolistas, acaudalados juniors, delincuentes disfrazados de empresarios, en fin gente “bonita”, tiene un letrero en la puerta que dice: “prohibido entrar con tenis”, pero cualquier gorila puede entrar armado ante la complascencia de cadeneros y matar ante la menor provocación.

El Drama

Salvador Cabañas, el joven futbolista quien junto con su esposa y su cuñado tuvo la mala fortuna de entrar a este bar la madrugada del domingo pasado, se debate entre la vida y la muerte con un balazo que le atravesó el cerebro. Su error fue divertirse hasta bien entrado el lunes, cuando según las modernas y avanzadas leyes del Distrito Federal el bar debía de estar ya cerrado. Su drama ha destapado una cloaca de corrupción, tráfico de influencias y simple ineficiencia de autoridades, antreros y vecinos. Un sujeto conocido como el “J.J”, que se dice “empresario” discutió con Cabañas por causas poco claras, y le disparó en pleno rostro. El matón escudado de manera cobarde en otro “gorila” (sin menosprecio a los primates), y escoltado por el personal de este “establecimiento de postín”, salió a Insurgentes Sur y esperó fríamente a que el “valet parking” le entregara su camioneta para huir de la escena del crimen. Las culpas apuntaron en primer lugar al delegado de la Alvaro Obregón, Eduardo Santillán, y de manera muy sospechosa pocos mencionaron a Ramón y Simón Charaf Medina, dueños del lugar quienes hasta ayer declararon ante la autoridad mientras sus empleados están arraigados, un evidente tráfico de influencias.

El “Sherlock” del DF

Con torpeza, Luis Genaro Vázquez, subprocurador de averiguaciones previas de la procuraduría capitalina, confundió al acompañante del asesino con un sujeto recluido en la cárcel. El funcionario, dijo que gracias a las “labores de inteligencia y una exhaustiva revisión de las bases de datos” habían dado con la identidad del cómplice. Poco después reconoció que se había equivocado por una llamada anónima que no dio tiempo de verificar. Manuel Mondragón, el jefe de la policía se ve que le gusta filosofar y con agudeza defendió a su subalterno: “los errores son dables (sic) al ser humano”, dijo Mondragón. Cierto señor jefe de la policía, cualquiera puede equivocarse pero no traten de engañarnos con su faramalla de sus bases de datos que sólo deben de existir en la imaginación del subprocurador Vázquez quien si tuviera tantita vergüenza, debería de renunciar, pero no lo hará a pesar de los errores “dables a su persona”.

La corrupción nos inunda

La tragedia de este joven futbolista destapó la corrupción y el tráfico de influencias que salpica a todos, autoridades, vecinos, dueños de antros. Ismael Rivera Cruces, presidente de la Asociación Nacional de la Industria de Discotecas y Bares asegura que pagan mordidas que van de 15 mil hasta el millón de pesos para poder operar. Rivera Cruces denuncia que hasta las asociaciones de vecinos reciben joyas, autos y dinero. Lo malo es que la denuncia la hace ante los medios y no ante la autoridad con nombres y apellidos. El delegado Eduardo Santillán, finge demencia en contubernio con asambleístas de su partido que lo protegen y le echan tierra al asunto, pero en cambio anuncian que exigirán arcos detectores en bares y antros, y demandarán licenciatura a los candidatos a inspectores, como si eso pudiera evitar tragedias como la de Salvador Cabañas. Basta ver las últimas imágenes del Barbar, en las que se ve la llegada de Cabañas al momento de que lo revisan, casi detrás de él llega su agresor y es recibido como en su casa, con abrazos y saludos, y por supuesto no lo catean.

En resumidas cuentas, la tragedia de este joven futbolista destapó la corrupción y el tráfico de influencias en todos los niveles, nadie se salva, urge que la policía, los legisladores, las autoridades, los restauranteros, los ciudadanos dejemos de lado la simulación para luchar de frente contra la corrupción. Ya entrados en momentos filosóficos, no nos merecemos esta corrupción que nos inunda.

1 comentarios :

  1. ME GUSTO MUCHO LA MANERA DE DENUNCIAR ESTE ATROPELLO.

    DEBEMOS PLANTAR CARA A LA CORRUPCION CON VALENTIA PERSONAL, CON LA ACTITUD INDIVIDUAL.

    HASTA CREAR UN MOVIMIENTO COLECTIVO CON UN “BASTA YA!”

    PATRICIA ALVARADO.

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